Waiomu Kauri Grove Walk (Coromandel, Nueva Zelanda)

Waiomu

INTRODUCCIÓN

Nuestra primera ruta en Nueva Zelanda, todavía no conocemos nada, lo único que hemos hecho ha sido recoger la furgoneta y conducir hasta aquí. Teníamos unas cuantas rutas pensadas para ver Kauris, pero el destino ha decidido que realicemos esta de Waiomu, ya que a inicios de este año hubo inundaciones y muchas carreteras y lugares turísticos de Coromandel estaban cerrados.

No era nuestra primera opción, cierto es, pero fue una de las mejores opciones para introducirnos a la vegetación de Nueva Zelanda y por eso queremos hacer especial mención a la Waiomu Kauri Grove Walk.

MAPA

DISTANCIA

5,7 km

DESNIVEL

130 m

DIFICULTAD

IBP: 25

DURACIÓN

2 h 3 min

LUGAR DE SALIDA

Waoimu Rd – 28 m.

CIMAS

CLIMA

Nublado

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO

Dejamos el coche en la Waoimu Valley Road, justo después de vadear con el coche el arroyo de Waoimu Stream. Un pequeño aparcadero para cuatro coches (aquí) aparece a la derecha junto a varias señales.

Desde el aparcamiento comenzamos a andar por la pista sin desviarnos en ninguna de las salidas y manteniéndonos paralelos al río. Encontraremos puntualmente unos triángulos naranjas indicándonos la dirección en los troncos de los árboles.

Esta zona forma parte de un gran bloque de tierra que originalmente se conocía como waikawau. Cada tribu (Hapu) tiene su propia historia sobre el significado del nombre Wai-o-omu: 1. La rica leche de la madre naturaleza, 2. El agua rica que mejoraba la cocción en grandes fogones, 3. Las aguas del mar con forma de fogón.

El primer desvío que se nos presenta es fácil, nos mantenemos a la izquierda ya que la derecha es la subida a una casa, aunque no se ve bien desde nuestro punto.

Al poco nos internaremos en lo profundo del bosque, y la humedad, la vegetación selvática y los grandes helechos plateados nos darán la bienvenida.

Cuando hemos transitado 800 metros desde el aparcamiento encontramos con un puesto de limpieza y desinfección, es una tarea obligatoria para todos los visitantes.

Hay que limpiarse con los cepillos del suelo, inspeccionar el calzado a ver si llevamos restos y desinfectarse con la pistola. Esto prevendrá que contagiemos a los kauris del hongo Phytophthora agathidicida (PA)  que vamos a visitar de enfermar y morir como está pasando a muchos de los ejemplares que quedan hoy en día. Respeta la naturaleza y haz caso a las autoridades.

Los puentes, una vez estemos dentro del bosque, son los únicos puntos de la ruta donde veremos el cielo despejado de vegetación. Son todos puentes de madera muy bien cuidados. Tras el primero si queremos, podemos desviarnos los restos de la Monowai Battery, de la época en la que se extraía oro en la zona.

Seguimos llaneando por el bosque, la senda cada vez se cierra más pasamos por el segundo puente. Y sin darnos cuenta mientras disfrutamos de la ruta, llegamos al tercer puente.

Tras este puente dejamos el cauce del arroyo y pasamos, por una entrada entre dos rocas, a la vaguada paralela. El camino ahora transita en altura con caída hacia la derecha, no hay peligro porque la senda sigue siendo ancha pero hay que tener cuidado.

En un punto había un pasamanos provisional porque las inundaciones habían hecho un corrimiento de tierras y habían tirado parte del camino.

El último puente nos deja a los pies del tramo más vertical de la ruta, que está solucionado con una buena cantidad de escalones, en total 136. Pero es aquí donde tendremos que estar muy atentos porque comenzaremos a ver kauris por toda la subida.

Tendremos 4-5 ejemplares “pequeños” a los lados de la ascensión. Pero hay muchos más en la ladera de los cuales podemos ver sus copas, todos los kauris que vemos son muy jóvenes si los comparamos con otros de Nueva Zelanda.

No es hasta llegar al final de la ruta, donde encontraremos el tesoro de esta ruta, Waiomu Kauri. Junto a un banco de madera, veremos un gigante de tronco grisáceo claro con unas dimensiones que ni nuestra vista, ni la cámara pueden captar.

Los Kauri son araucarias (coníferas de grandes dimensiones) endémicas de la isla norte de Nueva Zelanda. Son árboles de dimensiones descomunales cuya altura de hasta 50 m. unida a la anchura de algunos ejemplares (16 m. de circunferencia) rivaliza con las especies más grandes del mundo. Con muy poca población y a punto de desaparecer por la tala masiva de los colonos ingleses y los maoríes, a día de hoy quedan unos pocos, en ocasiones muy aislados. Auténticos supervivientes de más de 2000 en algunos casos.

RECUERDA: No tocarlos ni salirte del camino, cuanto menos contacto tengan con los humanos menos probabilidad hay de que les peguemos la enfermedad que los mata.

El regreso es por el mismo sitio que hemos venido.

ITINERARIO FOTOGRÁFICO

FAUNA Y FLORA

Lo que más destaca de esta ruta es la vegetación claro está, centrándonos en los kauri que vamos a visitar. Aunque también tenemos que aprovechar a ver los grandes ejemplares de helecho plateado (silver fern, el símbolo del país).

En cuanto a la fauna tuvimos la suerte de conocer los Fantail y al Kingfisher

CONCLUSIONES

Este Kauri, no es ni de lejos el más impresionante, más viejo, alto, ancho…pero se nota que es un árbol único. No creo lo más mínimo en espiritualidades, ni dioses, lo más cercano que puedo respetar como entidad es la naturaleza.

Este lugar emana solemnidad y calma de estar frente a un ser vivo con mucho años y sabiendo que están en peligro tanto individual como de especie.

La ruta es totalmente asequible, lo único que nos puede costar un poco más son los escalones pero con calma se suben sin dificultades.

ENLACES

Track: Wikiloc

Ruta: DOC, Coromandel Town, Stuff

Kauris: Kauri protection, Wikipedia

Al Filo de lo Improbable: Facebook, Twitter, Instagram

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