En la comunidad montañera, cualquier iniciativa que nos una es bienvenida, y ese es el caso de EMMOA, una fundación que nace con las ideas claras y con fuerza.
Hoy tenemos a Antxon Iturriza, secretario de la fundación.
5 Imprescindibles |
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Lugar: Valle de Degurixa |
Libro: Amarcord |
Pelicula: Lluvia Amarilla |
Alguien: Andrés Espinosa |
Montaña: Hernio |
Kaixo Antxon,
¿Qué es Emmoa?
EMMOA es una fundación nacida en 2013 y su acrónimo significa Euskal Mendizaletasunaren Museoa – Museo del Montañismo Vasco.
¿Cómo surge la Fundación?
De la inquietud que desde hacía ya bastantes años veníamos sintiendo un grupo de montañeros vascos, siendo testigos pasivos de la desaparición progresiva de los testimonios que representan la historia de nuestro montañismo.
¿Qué objetivos tiene?
Precisamente, conservar esa historia y promover su conocimiento y difusión. Las nuevas generaciones tienen derecho a saber quiénes fueron y lo que hicieron sus abuelos alpinos.
En el País Vasco existe una gran afición por la montaña, con máximos exponentes conocidos mundialmente, pero sin duda lo destacable es la cantidad de gente amante de la montaña. ¿Qué puede aportar Emmoa para toda esa gente?
El montañismo vasco es una gran pirámide con una base enorme de practicantes y una cúspide reducida formada por algunos nombres muy destacados.
EMMOA pretende abarcar todas esas formas tan diversas de concebir el montañismo, porque son necesariamente complementarias y proyectarlas desde el pasado hacia el futuro. Aspiramos ser la memoria histórica de todos ellos.
¿Y qué podemos aportar los montañeros a Emmoa?
Un primer acercamiento a través de nuestra web, resulta el camino más idóneo para que el montañero vasco en general sepa que existimos y qué pretendemos. Eso representa ya para nosotros un objetivo importante.
Tras ese acercamiento, el segundo paso, si se quiere ayudar a nuestro proyecto, sería hacerse colaborador de la fundación con una pequeña aportación puntual o anual en la medida que cada cual estime oportuna, siguiendo las instrucciones sencillas que se dan en la web. Si esa gran base de la que hemos hablado comparte nuestras aspiraciones y nos ayuda económicamente, tendríamos despejado un buen trecho del camino. Otra forma de apoyo es la de donar objetos que tengan un valor histórico o ponernos tras la pista de los mismos para que hagamos las gestiones oportunas. Lo importante es que no acaben en la basura elementos que constituyen un patrimonio histórico de nuestro montañismo.
Esa masa de montañeros, que hemos hablado antes, potencia que existan muchas webs y blogs de montaña (como por ejemplo este) ¿habéis pensado en aprovechar dicha situación?
Una de nuestras preocupaciones es conectar con las redes, federaciones y clubes, porque ellos son el puente que nos va a llevar hasta la base que son los montañeros. En las redes nos estamos esforzando en tener una presencia activa. Contamos también con el apoyo de las distintas federaciones y algunos clubes se han apuntado ya como amigos de EMMOA. Con ellos hemos realizado actividades interesantes en colaboración como charlas o pequeñas exposiciones y pensamos seguir haciéndolo.
De los exponentes de la montaña (Txikon, San Sebastián, Iñurrategi, Pasaban, Oiarzabal…) ¿Qué respuesta habéis recibido?
Estamos muy contentos y agradecidos, porque todos esos montañeros de renombre a los que te refieres han respondido con su presencia y apoyo público en cuantas ocasiones se lo hemos solicitado para actos y presentaciones.
¿Qué podemos esperar en el futuro cercano de este proyecto?
Junto a las actividades concretas que hemos citado, como preparar exposiciones o conferencias divulgativas, tenemos por delante un enorme trabajo interno de catalogación de miles de fotografías, libros, documentos, objetos, filmaciones, etc.
Y, evidentemente, nuestra cumbre está en la creación de un museo moderno que sea escaparate de nuestra historia y la proyecte hacia el futuro.
¿Cómo veis desde la fundación el cambio de tipología de montañero de hace unos años que el actual? ¿Y el cambio en la relación montañero – club de montaña?
El montañismo es parte de la sociedad y evoluciona necesariamente con ella. En el momento actual se han transformado mucho las formas de ir a la montaña y las propias concepciones de este deporte.
Por ejemplo, las carreras de montaña se han introducido con gran fuerza y la rapidez es un valor en alza como un contagio de los ritmos sociales.
También se han transformado las formas de relación evolucionando hacia esquemas más individualizados. Hasta hace unos años, los clubes eran un punto de reunión social. Actualmente, están casi vacíos y se han convertido en simples oficinas de gestión o en organizadores de excursiones y viajes.
Según vuestro punto de vista ¿Cómo está la situación actual del montañismo vasco en todo su conjunto?
El colectivo montañero en Euskal Herria representa una fuerza social muy potente. En cuanto a practicantes, estamos en las cifras más altas de la historia, con más de cuarenta mil fichas de federados. Y si miramos a la élite, tras el boom ochomilista de principios de siglo, se vive ahora un panorama más restringido de actividades, pero de un nivel muy exigente
Gracias por deleitarnos con esta charla y que haya mucha suerte con el proyecto.
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