Reflexiones: ¿Somos seguros en la montaña? Hablemos de Prudencia

En la anterior reflexión tratamos sobre el tema de la seguridad de la montaña pero centrándonos en los datos estadísticos y la percepción de la sociedad externa a la montaña. Tras esa reflexión surgió en el debate el hecho de que la seguridad de la montaña depende de la persona, no de la montaña.

Comencemos la reflexión preguntándonos cada uno cuantas veces hemos estado en alguna situación complicada en la montaña, seguro que nadie está “libre de pecado”. Un día con alerta de lluvia o niebla, una tormenta que se mete en el monte mientras estamos de ruta, una arista que se complica más de la cuenta….

Hay muchos ejemplos o tipos de situaciones que podríamos mencionar y nada más pensarlo me vienen a la cabeza unos cuantos momentos personales. La mayoría de ellas con posibilidad de evitarlas, alguna impredecible.

Creo que hay dos tipos diferentes de situaciones: Evitables e inevitables. Las inevitables está claro que no podemos hacer nada contra ellas, pero ambas podemos minimizarlas ¿Cómo? Pues la respuesta es sencilla, con PRUDENCIA, PRÁCTICA y SENTIDO COMÚN.

Empecemos con la PRUDENCIA, actualmente tenemos a nuestro alcance infinidad de información tanto meteorológica como rutas hechas por otras personas. Podemos disponer de GPS en nuestro móvil si no tenemos uno mejor.

Por esos motivos no comprendo cómo hay gente que le pilla desprevenido una tormenta, o la niebla. Tampoco entiendo como la gente puede perderse, teniendo un móvil con todas las herramientas que pueden tener. Solo hay una cosa que se me ocurre, FALTA de PREVISIÓN.

Es muy sencillo echar la culpa al tiempo, si no te has encargado de mirar en casa que previsión hay, o perderse si no te has bajado la ruta necesaria o el móvil se te ha quedado sin batería. Y aquí viene el segundo punto, esto se soluciona con PRÁCTICA.

Hasta hace unos años, la progresión natural de un montañero empezaba con salidas acompañados de gente con mayor experiencia, que te iban dando consejos, e incrementando poco a poco la dificultad de las rutas e incluso la distancia de dichas montañas a tu residencia.

Actualmente esto ha cambiado, con las tiendas que todos conocemos, cualquier persona se puede comprar todo el material de montaña a un precio asequible (cosa que no está nada mal) y va a la montaña sin un mínimo de conocimientos necesarios, sin haber preparado la ruta.

También hay gente que va un día a dar un paseo por unos montes cercanos de casa y sin ninguna técnica se calienta y la siguiente ruta que hace es por Pirineos o Picos de Europa. Como todo en esta vida las cosas se aprenden practicándolas y no queriendo ser los mejores, ni hacer grandes retos con poca trayectoria.

Y por último, lo más importante de todo, SENTIDO COMÚN. Todos, seamos del nivel que seamos y aunque hayamos conquistado grandes hitos, podemos tener un percance en la montaña, así pues si vemos que la cosa se complica lo mejor es darse la vuelta, porque como alguien dijo alguna vez:

“Regresad vivos, regresad como amigos, llegad a la cumbre. Por este orden.” Roger Baxter-Jones

¿QUE OPINAIS DE TODOS LOS CASOS QUE OS HE MOSTRADO? ¿CUAL ES VUESTRA POSTURA?¿CONOCEIS ALGÚN CASO MÁS?

Dejadlo en los comentarios…

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