Un día cualquiera que se levante el aire, se puede aprovechar para acercarse a la costa y realizar una sesión de fotos con el mar bravío.
No había mucho temporal pero las olas tenían buena pinta, por lo que mereció la pena ir hasta Sardinero.
A media tarde de Noviembre ya es casi de noche, por lo que había muy poca luz y tuve que tirar de ISO, así que el ruido en las imágenes estaba más que asegurado.
Con el Faro de Mouro como objetivo central, después de tirar muchas fotos, conseguí una más o menos llamativa:
Pero el mejor momento vino cuando nos acercamos al parking de la playa del Camello, y utilizando la luz naranja de una farola, disfrutamos del romper de las olas contra la pared:
El color anaranjado de la farola le da un contraste perfecto con la oscuridad del fondo de la escena.